José de Viera y Clavijo es un nombre que debería resonar de inmediato cuando se habla de cultura. Entre su inestimable cantidad de obras se encuentra una de las más concienzudas recopilaciones descriptivas e históricas de las Islas.

Allá por el 1731, en Los Realejos de Tenerife, nació el padre Don José de Viera y Clavijo. Claro que cuando lo hizo no sabía que llegaría a ser sacerdote. Ni tampoco que conquistaría las complejas áreas del saber literario. Ni de la biología. Ni de la filosofía. En definitiva, cuando llegó a este mundo, José de Viera y Clavijo no sabía que llegaría a ser el máximo exponente de la Ilustración Canaria. Pero, ¿por qué es considerado como tal? Este fue su legado.

 

Desde la fe al racionalismo

"Su pensamiento rebelde le valió un choque directo con el mismísimo Santo Oficio"

Entre otras cosas, José de Viera y Clavijo es un ejemplo de conciliación entre la fe y las creencias personales y la realidad descrita por la ciencia. Desde el comienzo de su educación, este sacerdote mostró su inclinación literaria, escribiendo con tan solo catorce años su primera novela: una picaresca ambientada en Tenerife. Pero dicha novela solo mostraba un matiz de su personalidad: la necesidad de explorar el mundo a su alrededor, de entenderlo. Un matiz que dirigió el resto de su vida. Queda muy lejos en la historia, pero no es difícil imaginar lo animadas que serían las discusiones y temas tratados con la alta alcurnia de Tenerife, cuando las tertulias con Cristóbal del Hoyo Solórzano, Fernando y Lope de la Guerra y Juan Antonio de Urtusáustegui se daban a puerta cerrada.

Fue precisamente su amistad con el marqués de Villanueva lo que le brindó acceso a leer a los grandes clásicos franceses y a los filósofos y moralistas: Voltaire, Montesquieu y Jean-Jacques Rousseau. Su pensamiento rebelde le valió un choque directo con el mismísimo Santo Oficio. Pero eso no le detuvo en su prolífica vida. Aunque nunca abandonó la fe, su racionalismo preclaro para la época puso en incómodas posiciones a los estamentos más reaccionarios. Pero fue precisamente su espíritu revolucionario lo que marcó su excepcional trabajo científico y literario.

 

El gran científico e historiador

Sin duda alguna, la obra maestra de José de Viera y Clavijo es Noticias de la historia general de las Islas de Canaria. En ella, el autor reúne, literalmente "la descripción geográfica de todas las islas. Una idea del origen, carácter, usos y costumbres de sus antiguos habitantes: de los descubrimientos y conquistas que sobre ellas hicieron los Europeos: de su gobierno Eclesiástico, Político y Militar: del establecimiento, y sucesión de su primera Nobleza: de sus Varones ilustres por dignidades, empleos, armas, letras, y santidad: de sus fábricas, producciones naturales, y comercio; con los principales sucesos de los últimos siglos", tal y como reza la portada.

"Sin duda alguna, la obra maestra de José de Viera y Clavijo es Noticias de la historia general de las Islas de Canaria"

Como imaginaremos, esta empresa no fue nada pequeña. Sin embargo, en 1772 ya había publicado su primer tomo y en 1773 el segundo. Este primero contiene una gran cantidad de información sobre la cultura prehistórica y nativa de las islas. Para poder recoger semejante cantidad de datos, Viera y Clavijo contaba con una red de informantes por todas las Islas, los cuales recogían los datos y se los enviaban para recopilarlos. Pero aunque esta es su obra culmen no es, ni de lejos, la única. Usando diversos estilos propios de la época, José de Viera y Clavijo escribió una cantidad ingente de obras de carácter literario y científico.

Con un marcado carácter didáctico, escribió obras como Al globo aerostático, Las cuatro partes del día, Las bodas de las plantas o Astronomía para niños. Escribió sobre biología, meteorología, y, por supuesto, botánica una de las áreas que más cultivó. También importantísimo es su Diccionario de Historia Natural, obra en la que clasificó plantas, animales y minerales de las Islas de una manera exquisita. Entre los Opúsculos científicos, sus picarescas, poemas, descripciones y narrativas, José de Viera y Clavijo mantuvo su vida ocupada hasta los 81 años de edad, cuando falleció en Las Palmas de Gran Canaria, dejando un legado de decenas de obras. Un auténtico ejemplo de la ilustración.

Busto de José de Viera y Clavijo. Fuente Wikimedia

 

El gran “divulgador” canario a día de hoy

"El objetivo del jardín era reunir en un solo lugar toda la riqueza botánica de las Islas, de tal forma que "las plantas se sintieran casi tan cómodas como en sus sitios de origen""

No podemos hablar de José de Viera y Clavijo sin tener en cuenta las consecuencias que su trabajo tuvo a día de hoy. Como el primer gran divulgador de la ciencia en Canarias, Viera y Clavijo supuso un antes y un después en el acercamiento científico a toda la sociedad. Su espíritu sigue viviéndose hoy día en actividades como las Semanas de la Ciencia y la Innovación en Canarias, que contará con exposiciones, talleres, charlas y actividades dirigidas al público general, pero haciendo especial hincapié en la transmisión del conocimiento científico a los alumnos de Primaria, ESO, Bachiller y Ciclos Formativos. Un valor didáctico que ya se apreciaba en gran parte de sus trabajos, como veíamos antes.

Tampoco podemos marcharnos sin mentar un proyecto que lleva honrosamente su nombre. Por supuesto, hablamos del "Jardín Canario", o más bien el Jardín Botánico Viera y Clavijo. Este parque situado en Gran Canaria fue originalmente ideado por el botánico sueco Eric Sventenius y llevado a su ejecución gracias a Don Matías Vega Guerra, Presidente del Cabildo allá por el año 1952. El objetivo del jardín era reunir en un solo lugar toda la riqueza botánica de las Islas, de tal forma que "las plantas se sintieran casi tan cómodas como en sus sitios de origen". Como buen discípulo el eminente botánico Antonio José de Cavanilles, José de Viera y Clavijo era amante de las plantas, habiendo descrito numerosas especies autóctonas en su Diccionario natural. Por todo ello, su nombre adorna e invita a todos los canarios y visitantes a pasear por un jardín botánico único en el mundo. Un jardín que, como el trabajo de todo buen científico, nunca estará terminado; pero satisfará la curiosidad de quien lo contemple.

 

Jardín Botánico Viera y Clavijo. Fuente Wikimedia

 

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